
¿Por qué cocinar a baja temperatura?
A diferencia de freír, el vapor tiene muchas ventajas. Esta técnica preserva los nutrientes y ofrece una preparación sana y sin grasa. También preserva la textura, el sabor y el color de los ingredientes. Sin embargo, el problema de este método es el lento tiempo de procesamiento.
Para conservar los nutrientes
Cocinar a bajas temperaturas es muy importante. La comida retiene los nutrientes debido a esto. Al utilizar este proceso, se beneficiará de más calorías que con la preparación de calor intenso. De nuevo, todo es cuestión de saber. Por supuesto, cada ingrediente tiene su propia resistencia al calor.
De hecho, a menos de 80°C, se conservan las vitaminas A y B. Por encima de este límite, sin embargo, las vitaminas A y B se suavizan gradualmente. Así que piensa en esto antes de cocinar tus zanahorias, patatas y calabazas. La vitamina C puede mantenerse por debajo de los 60°C. Así que no pases este umbral si estás cocinando limones, naranjas o pomelos.
Para mantener el volumen
A fuego lento, cada componente conserva casi toda su dimensión. Así que al final, se gana en cantidad. Ya sea carne o vegetales, este principio siempre es válido.
De hecho, si su contenedor está lleno en un tercio, los ingredientes estarán medio llenos al final de la preparación. Por otro lado, en el caso de la cocina normal, los ingredientes se apilan considerablemente. El contenido aumentará de 1/2 a 1/4 de su cantidad inicial. En resumen, es una forma excelente y económica para los comensales más exigentes.
Para una cocina sana
Cocinar a bajas temperaturas te da una dieta saludable. Limita la formación de elementos cancerígenos. La acrilamida se forma generalmente a más de 100°C. Ciertos tipos de azúcar suelen causar este tipo de enfermedad cuando se calientan.
Además, esta preparación es muy diferente de la fritura con sartenes. Gracias a este método, se puede limitar o incluso eliminar completamente la grasa. La cocción es suficiente con el agua contenida en cada ingrediente (esto reemplaza el aceite) más unas pocas cucharadas si es necesario. El resultado es una comida más saludable, especialmente para los que están en una dieta drástica.
Muchas madres lo usan para la comida del bebé. También se utiliza para preparar raciones para los enfermos. Estos últimos no tienen necesidad de comida grasosa. Además, cada vez más restaurantes están adoptando la técnica. Así, a menudo encontramos en sus menús platos cocinados a baja temperatura.
No es probable que los ingredientes se quemen
El uso de calor bajo también limita el riesgo de quemaduras. Los ingredientes no tienen posibilidad de quemarse en la cuba. Vaporizar lentamente significa que las verduras no se pegan a la pared. Cuando se alcanza la temperatura deseada, se puede apagar el fuego. De esta manera, el calor restante es suficiente para terminar la preparación. Además, el vapor de la comida volverá a la sartén.
Sólo una parte se evapora. El resto, por otro lado, humedecerá aún más su comida. Esto significa que no tienes que quedarte al lado. Mientras tanto, puedes seguir con tus asuntos en paz.
Las verduras mantienen su forma
La otra ventaja de la cocina a baja temperatura es la presentación. Los ingredientes permanecen como antes y después de la preparación. Esto se debe al efecto del vapor. El vapor asegura que las verduras se cocinen a la perfección sin deformarlas.
Las zanahorias, patatas y cebollas salen enteras y cocinadas a la perfección. Esto amplía las opciones. Con tales posibilidades, la decoración de los platos se vuelve aún más intuitiva. ¡Eso es! Esta vez, puedes cortar tus formas como quieras: redondas, en forma de estrella, cúbicas sin ningún problema.
Para tener la textura y la suavidad
Este tipo de cocina mantiene el aspecto de la comida. Una vez retiradas del calor, las verduras conservan su color natural. Conservan gran parte de su brillo. A modo de comparación, los ingredientes fritos suelen estar ennegrecidos. Mientras que los componentes cocidos permanecen ablandados.
Además de la coloración, se obtiene una buena suavidad gracias a esta técnica que llega a lo profundo de cada pieza de verdura o carne, así como al exterior a través del vapor. Por lo tanto, con la cocción a baja temperatura no se pueden tener ingredientes a medio cocer.
¿Qué aparato usar?
Cuando se trata de cocinar a baja temperatura, la elección del material es muy importante. Así que para evitar errores de principiantes, considere la Cualquier cosa más barata. Como su nombre indica, este tipo de utensilio sigue siendo asequible y permite diferentes tipos de recetas. Con este, puedes cocinar con vapor, aceite y agua sin ningún problema.
En este caso, elija los modelos resistentes. Esto se aplica a los contenedores de acero inoxidable. Preferiblemente, opte por artículos con fondos densos de al menos 8 a 12 mm de grosor. El éxito de la preparación depende de esto.
Otros criterios a tener en cuenta son la cubierta y la visualización de la temperatura. Deberías elegir una olla con una válvula a prueba de fugas que utilice un termómetro de cocina. De esta manera, no hay riesgo de suavizar los ingredientes por defecto.
Desventajas de la técnica
La cocina a baja temperatura también tiene sus desventajas. Por ejemplo, para conseguir un huevo duro, hay que esperar 40 minutos antes de sacar la sartén del fuego. Normalmente se sumerge el huevo en agua hirviendo durante unos pocos minutos. Sin embargo, esta vez la temperatura se mantiene a 62°C.
Hay que reconocer que el resultado es casi el mismo después de ambas técnicas. Por otro lado, el valor nutritivo beneficia al que implica el calor bajo. A 100°C, el huevo pierde muchos de sus nutrientes. Así que si necesitas una comida alta en calorías, tómate tu tiempo.